viernes, febrero 22, 2008

Hipocresía

Se está poniendo de moda últimamente el abucheo/zarandeo de líderes políticos. En estos días le está tocando a la derecha más o menos confesa (María San Gil, Rosa Díez, Güemes & Co.), pero pasado mañana le tocará a la izquierda. Porque lo malo o lo bueno de estas cosas es que nunca falta material para repartir a todos. De mala hostia es de lo poco de lo que andamos sobrados en mi querida España, esta España tuya, esta España mía, esta España nuestra. De la última tangana me ha llamado la atención la foto publicada en El País, del gañan que sostiene la bandera republicana ante nuestro político madrileño más sexy (uhmmm, ese flequillito). Me ha resultado interesante porque me ha despertado cierto conflicto. Ahora mismo creo que no puedo pensar en nadie más abucheable/zarandeable que Güemes, Lamela (que tiene la desgracia de tener ese apellido y además tener aspecto relamido) y el resto de sinvergüenzas que han derrochado hipocresía con el asunto de las sedaciones en el Hospital de Leganés. A pesar de ello, la imagen me ha resultado repulsiva. Y los sentimientos encontrados son un filón para pararse a pensar y, de rebote, a escribir.

Creo que la clave del asunto es que soy un antiguo y un sentimental, y siempre he tenido la sensación de que la ética no mola sin algo de estética. Y cuando a uno se le pone cara de gañan (y ya siento repetirme), pues pierde la gracia, el salero y la compostura. Paradojas de la vida: con la razón que debe tener este hombre en lo que sea que le está diciendo a Güemes y dan unas ganas enormes de darle un guantazo bien dado.

La turba en cuestión protestaba por un popurrí de asuntos pero a mi, particularmente, el que más me enciende es el asunto de Leganés que comentaba previamente. Lo peor de ese tema es tener que explicar lo obvio, porque en el fondo los sinvergüenzas previamente citados saben perfectamente de lo que están hablando. Son personas con sus sentimientos y sus cositas como tú y como yo, y estoy seguro de que desean que en general la gente y, en particular, sus seres queridos, si tienen la desgracia de dejar esta España nuestra pasando por una triste agonía, sufran lo menos posible. Desean de corazón que una persona que tiene un cancer de pulmón irreversible no muera asfixiándose lentamente, que otra que lo tenga de hígado no se desangre en su dolor, que otra que lo tenga de cólon...

A pesar de que lo desean para los demás y para ellos mismos, hablan de lo contrario envolviéndolo en palabras vacías. Esa es la definición perfecta de la hipocresía, lo que la hace repugnante en sí misma y especialmente hiriente para los demás, porque nos obliga a defender obviedades como si fuéramos imbéciles.

Besos.

P.D.: Especialmente dedicado a Pedro García-Mochales quien, entre otros, me ha animado a escribir después de un tiempo de cierta holganza.

3 comentarios:

  1. Gran entrada la suya, Sr. Gafotas.No podría estar más de acuerdo con vd. En su día escribí "Pirómanos de la libertad" en mi blog y, esta semana, viendo las noticias, estaba a punto de hacer algo parecido así que no me queda más que felicitarlo y darle las gracias a Pedro Mochales por conseguir su regreso.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  2. Eeeeeeeeeeeeeeeh, que yo tb le animé, a ver si ahora el mochales se va a llevar la exclusiva...

    Gran escrito, y me alegra que se anime a escribir sobre este tema, mientras otros dicen que son casos aislados. Totalmente de acuerdo con lo de la sedación, y poco me gusta el pijillo del PP, pero menos lo que pasa últimamente por estos lares... Según leí por ahí, el tipo de la foto ni siquiera se manifestaba por el asunto de Leganés, sino que es un grupo pro-republicano, que está bien, pero sin empujar oigan...

    De todas formas me parecen muy graves las agresiones a Rosa díaz y a María San Gil. La segunda, uno puede estar de acuerdo con ella o no, pero es una tipa valiente que en su día vio delante de sus narices cómo le volaban los sesos a su compañero (Ordónez), y la tía siguió en política..., oír a estos mendrugos borrokas malparidos llamarla asesina y fascista me traen los peores instintos de mi ser más oscuro y ganas de ponerme a la altura de ellos, pero contra ellos... En fin, tengo poco talante pa estas cosas.

    También creo que hay condenar esto con dureza, se lo hagan a quien se lo hagan y piense lo que piense (la turba siempre es absurda), porque si no siempre queda esa sensación de decir "en el fondo se lo merecía"... En fin, a este país aún le queda un herbor democrático, lo preocupante es que estas agresiones lo haga gente nacida en democracia...da que pensar.

    Pues eso

    ResponderEliminar
  3. Gracias Pablo por la dedicatoria, y muy bien derivada la idea: si hay que elegir entre los dos gañanes, la hostia se la damos al de la bandera. Se la daríamos, que si no al final la cosa es peor.

    ResponderEliminar